Investigación aplicada y desarrollo sostenible: cómo tu proyecto universitario puede transformar la región
- Jenni BT
- hace 1 día
- 2 Min. de lectura

La combinación entre investigación aplicada y desarrollo sostenible abre una gran oportunidad para quienes estudian en la universidad: ir más allá del aula, generar impacto real y contribuir al bienestar regional.
El concepto de desarrollo sostenible se define como “desarrollo que satisface las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las futuras generaciones para satisfacer sus propias necesidades”.
Cuando aplicamos esa visión a la investigación universitaria, el reto es diseñar proyectos que no solo respondan a preguntas académicas, sino que aborden problemas concretos de nuestro entorno latinoamericano.
Pasos para tu investigación aplicada
1️⃣ De la idea al impacto local
La investigación aplicada pone el foco en la solución de problemas. Empieza por identificar un “punto de dolor” en tu entorno -una comunidad, un barrio, una institución- y plantea cómo tu investigación puede aportar.
Por ejemplo: “¿Cómo mejorar la eficiencia energética en edificios públicos de Montevideo?” o “¿Qué prácticas fomentan el reciclaje comunitario en zonas periurbanas de Chile?”
La clave es: conectar el tema con el desarrollo sostenible (económico, social, ambiental) y generar resultados que puedan transferirse más allá del artículo académico.
2️⃣ Marco regional, voz local
América Latina tiene sus propias dinámicas: desigualdades, diversidad cultural, recursos naturales y desafíos institucionales. Tu investigación aplicada debe tener en cuenta este contexto: las limitaciones de datos, la participación de comunidades y la transferibilidad de resultados.
Así, tu trabajo no será una copia de modelos ajenos, sino una contribución auténtica que fortalezca el desarrollo regional.
3️⃣ Integrar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS)
Los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Naciones Unidas ofrecen un marco útil para alinear tu investigación.
Vincula tu proyecto con un ODS específico: por ejemplo, ODS 7 (Energía asequible y limpia), ODS 11 (Ciudades y comunidades sostenibles) o ODS 12 (Producción y consumo responsables).
Esto añade relevancia, visibilidad y puede facilitar acceso a financiamiento o alianzas.
4️⃣ Metodología aplicada: del diseño a la implementación
La diferencia entre una buena investigación y una investigación aplicada está en la acción.
Define claramente qué resultado práctico esperas (un prototipo, una política, un diagnóstico comunitario).
Trabaja con datos reales o con una comunidad piloto.
Prevé un plan de transferencia: ¿a quién le servirá tu estudio? ¿cómo se usará?
Mide el impacto: establece indicadores claros que muestren avance hacia el desarrollo sostenible.
5️⃣ Desde la universidad hacia el mundo
Tu proyecto no tiene que quedarse dentro de la universidad. Compartir resultados, colaborar con entidades de la sociedad civil o empresas, participar en redes regionales: todo cuenta.
Este tipo de investigación fortalece tu perfil académico, aporta a tu CV y te conecta con oportunidades de tesis, emprendimiento e innovación.
La investigación aplicada con enfoque en desarrollo sostenible es una vía poderosa para que los estudiantes universitarios no solo estudien, sino que transformen su entorno.
Cuando alineas tu curiosidad académica con un compromiso real, generas conocimiento con propósito. Y en un mundo que exige resultados tangibles, tu trabajo puede marcar la diferencia.
Plantilla descagable
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